Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 dic 2010

Niños de David Trueba

Es sano desayunar con la tira de Calvin y Hobbes. Los personajes creados por Bill Watterson son la pareja más estimulante fuera del ámbito de las revistas del corazón y sus ficciones amorosas. Calvin posee el grado de rebeldía contra la realidad que a uno le gustaría conservar. Hobbes, como todos los tigres de peluche con vida propia, es en cambio acomodaticio, prudente y razonable. En la viñeta de ayer a Calvin su padre le ha quitado el televisor, aduciendo que con uno en casa hay más que suficiente. Subido a la rama del árbol, Calvin fantasea con inventar una serie de televisión llamada Los padres no tienen ni idea de nada.






Esa serie, hecha por Calvin sin aportación de ningún pedagogo, tendría bastante éxito. Porque los padres, en realidad, no tienen ni idea de nada.
 Hace un año, una asociación de consumidores norteamericana logró que la productora Disney les devolviera el dinero por la comercialización de una serie de vídeos bajo el espeluznante título de Baby Einstein. Al parecer la publicidad resultó ser engañosa, y la visión del vídeo no provocaba en los bebés un aumento de la inteligencia, una optimización de sus neuronas ni una mejora de sus instintos creativos. Es decir, no pasaba de ser cualquier cosa que echarse a los ojos.
Pero los padres creyeron el camelo de que la genialidad precoz se fabrica con tan solo fastidiarles la niñez, cambiando el ámbito de sus juegos y aficiones por sutiles redireccionamientos psicoformativos con careta lúdica.



Si uno tiene niños cerca, mirar un rato las piezas de Tom y Jerry que pasa el Canal Boomerang a la noche es un goce, pero ¿culpable? La lujuria de diversión podría parecer un rato perdido para los niños si alguien aspira a convertirlos en futuros genios. Pero me tranquilizó saber que el pianista LangLang confesó que su interés por el piano nació gracias a un corto de Tom y Jerry, donde Tom era un concertista pugnando por clavar la Rapsodia húngara de Franz Liszt mientras Jerry le complica la sesión.



Es decir, los niños atraviesan paredes donde nosotros indefectiblemente nos partimos las narices. Y es bueno no olvidar, cuando estás a su lado, la sentencia de Calvin: "Los padres no tienen ni idea de nada".

3 comentarios:

Utopazzo dijo...

Buen apunte sobre lo que esperamos de los niños o cómo queremos que sean... siempre tratando de encauzar sus vidas según nos conviene. No siempre es cierto aquello de que según "esto" o "aquello" el niño será más inteligente... no todo funciona. Por ejemplo nosotros a nuestro hijo, por supuesto le ponemos la mejor música (la que nosotros creemos que es...<) y eso sin duda, ayudará en su crecimiento... incluso en el vientre materno, ya colocaba los cascos sobre el vientre de la futura madre, con la música grabada por mi... eso no lo hará más inteligente, pero ha aprendido bastante sobre lo que se entiende por música.
Finalmente, te cuento que un famoso violinista ruso (David Oistrach) llego a serlo, gracias a la cabezonería del padre, que le entregaba un violín para que no se aburriese, y no le dejaba salir a jugar, hasta que (por ejemplo) le mostraba un do sostenido... a él, no le gustaba el instrumento y a base de tenerlo mucho tiempo con él, hasta que aprendía una sóla nota, acabó adorándolo y haciendo de este instrumento, su amigo inseparable y el que le proporcionó su carrera impresionante en la vida... no es que tenga que ser así, pero en este caso concreto, así lo fue.
Saludos de Utopazzo y felices uvas... ya queda menos para dar la bienvenida al nuevo año!

CARLA BRUNI dijo...

No sé si el feto puede oir la música pero la situación de estar relajados y tranquilos le influye. Hay un llamador de ángeles o de hadas, es una bolita y si la mueves oyes un sonido lejano, y dicen que el ruido de esa bolita es la que oye, me lo contó un médico, pero yo pienso más en las situaciones de la madre y el padre.
Es posible que pase con la lectura y otras aficciones.
Feliz año 2011 que no sea tan malo como dicen, Saludos y Felices Fiestas.

Utopazzo dijo...

Carla, creo que el feto, sí puede oir los sonidos, y por supuesto la música. Lo primero que prende (supongo cuando está en estado avanzado y ha desarrollado partes importantes del cerebro y el oido) es la voz de la madre... te asombrarías si vieses imágenes filmadas en tres D, sobre estas y otras cosas...
Imagínate, que cuando nació Pablo (hace cinco años y medio) lo primero que le hice fue silbarle temas de la música que había puesto sobre el vientre de la madre y te puedo asegurar (esto es una suposición intuitiva) que reconocía aquella música. Hoy día, la clásica le encanta y aquella, que como dije anteriormente, le solemos poner porque representa aquello que creemos que es lo mejor (visión subjetiva)...
Objetivamente, que los haga más inteligentes o no, nunca lo sabremos (al menos por ahora y con los datos que manejamos) porque ¿cómo sería mi hijo de no haber escuchado ese tipo de música?... nunca lo sabremos, o tal vez sería igual que es ahora... menos inteligente...
Por cierto, la música era sobre temas de Mozart, Y te puedo asegurar que nunca lo hice llevado por algún método... lo hice pues la música que mejor me llevo con ella.
Gracias y felices fiesta de nuevo!