Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 mar 2014

La justicia no es tan ciega......................

Gabriel Pérez Castellanos quiere convertirse en el primer magistrado invidente de España

Necesita el permiso del Gobierno de los jueces.

Gabriel Pérez, ciego que lleva desde julio esperando que Justicia le diga si podría ser juez si aprueba las oposiciones. / Alvaro Garcia

Gabriel Pérez Castellanos, licenciado en Derecho, lleva ocho meses y medio esperando saber si le dejarán ejercer de juez si aprueba las oposiciones.
 Nadie tendría que preguntar esto, pero él sí, porque es ciego.
 El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ha de pronunciarse sobre este asunto, aplazó ayer de nuevo la decisión. Retiraron este asunto del orden del día y, en su lugar, el vocal Manuel Fernández, que preside el Foro Justicia y Discapacidad, hará un informe que confía tener terminado en un mes
. Queda así descartado un informe desfavorable que se emitió, pero no se votó, en julio.
 Se retira ese texto, pero el CGPJ no explica cómo se argumentó entonces aquella negativa.
Sacó un 7,9 de media en la carrera de Derecho y ahora hace un máster
Nunca ha habido un juez ciego en España y este vallisoletano de 23 años, antes de ponerse a hincar codos, quiere estar seguro de poder ejercer si aprueba las oposiciones.
 Lo que nadie le niega es poder presentarse a ellas, pero tanto esfuerzo —el tiempo medio para sacar estas oposiciones es de cinco años— podría no servirle de nada.
“Hay normativa para regular estos casos excepcionales en Reino Unido, Alemania u Holanda”, razona.
 El joven entiende que la discriminación a veces es “razonable”. “Alguien con síndrome de Down no puede estar preparado para ser juez o un ciego hace 30 años, cuando no existían ordenadores”
. Pero, ahora, en la era de la informática, él no encuentra problemas. Para casos puntuales, como el levantamiento de un cadáver, en los que se necesita ver, recuerda que existen los secretarios judiciales —“a los que se quiere potenciar en sus funciones”— y los ayudantes.
En febrero de 2013, a pocos meses de terminar su licenciatura, habló con un profesor de su confianza sobre su futuro laboral y este le recomendó estudiar judicatura. “Estaba de exámenes y no me convenció mucho, pero luego pensé que era lo mejor”, recuerda. Así que acudió a la Audiencia Provincial de Valladolid en busca de un magistrado que ejerciese de preparador, como el que tienen todos los opositores
. “El presidente de la Audiencia me llamó luego a mi móvil y me dijo que encantados me preparaban, pero que antes consultase al Consejo General del Poder Judicial si iba a poder ser juez”, recuerda.

Con Brasil en la mente

En 2009 un procurador brasileño, Ricardo Tadeu Fonseca, se convirtió en el primer juez invidente de su país.
 Perdió la vista en los años sesenta cuando estudiaba Derecho y consiguió terminar la carrera gracias a que sus compañeros grabaron las clases en casetes.
 Durante 20 años, batalló para convertirse en magistrado.
 Asegura que en 1991 aprobó las oposiciones con una de las mejores notas, pero que un examen médico posterior le apartó de la carrera judicial después de años de mucho esfuerzo.
Un tribunal, pese a las protestas de un grupo de abogados, determinó que no podía ejercer de magistrado porque no podía leer los procesos. Pero ese obstáculo está solventado, pues todos los documentos están ya digitalizados.
 De todos modos, Fonseca aprovecha la lectura pública de los procesos que tienen que hacer los funcionarios de los juzgados del Tribunal Regional de Trabajo de Curitiba y dicta sus decisiones. Juzga 400 procesos al mes.
 “El braille ayuda a la alfabetización de jóvenes ciegos, pero es limitado”, explicó en el canal Globo News recientemente.
Y allí empezó el peregrinar de este alumno que disfruta escuchando la radio y leyendo. En el CGPJ le pidieron que redactase una instancia con su caso, y, pese a que el informe fue desfavorable, no hubo un pronunciamiento
. Le recomendaron, además, que se dirigiese al Ministerio de Justicia, porque las oposiciones a fiscal —su otra opción— dependen de esta institución.
 “Yo creo que lo hicieron para pasarse la pelota de unos a otros”, asegura el estudiante, que sacó una nota media de 7,9 en Derecho
. La respuesta, le dijeron, se la darían el septiembre, pero pasó el verano sin noticias.
Así que lanzó una petición en la plataforma de denuncias change.org y 28.000 personas le han dado su apoyo con su firma.
 “Yo sé que es un tema minoritario, pero lo que se necesita es voluntad política”, sostiene.
Pérez Castellanos, que es boy scout y juega al gol ball (futbito con una pelota con cascabeles), contactó con un letrado soriano invidente parcial que se ha presentado a las oposiciones cuatro veces sin aprobarlas.
“A él no le dieron respuesta. Le dijeron que tenía que resolverlo el Gobierno”, relata el vallisoletano, que nació con vista.
“Tuve un glaucoma de pequeñín, me operaron y salió bien, pero luego se fastidió el nervio óptico y dejé de ver”.
No tiene claro que con él se cumpla el artículo 14 de la Constitución.
Este afirma que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”
. Y, desde luego, sabe que no se garantiza el artículo 103, en el que se dicta que la Administración “actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización...”.
De momento, estudia un máster del despacho Garrigues en Asesoría Fiscal y Laboral con una beca de Universia. Está muy contento con esta formación y no descarta dedicarse al derecho laboral, pero no deseaba decidir sobre su devenir sin saber si las puertas de la judicatura están abiertas para él.

 

El Tribunal Supremo declara improcedente el ERE de Telemadrid

La Comunidad tendrá que incrementar las indemnizaciones a los 829 trabajadores despedidos del ente público.

 

Trabajadores de Telemadrid marchan por la deliberación del ERE. / J.C. Hidalgo (efe)

El Tribunal Supremo ha declarado improcedente el ERE de Telemadrid,  que en enero del año pasado se llevó por delante a 829 de los 1.161 trabajadores (71,4%) que integraban la plantilla de Telemadrid y más tarde la empresa amplió el número de afectados a 861
. Los magistrados tenían dos opciones sobre la mesa, en una jornada crucial para el futuro de la cadena: o ratificar el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del pasado abril, que declaraba “no ajustado a derecho”, es decir improcedente, el expediente de regulación de empleo, o lo considero nulo.
 Ha optado por la primera, desestimando así los recursos presentados por la empresa y por los sindicatos.

Pocos minutos después del fallo del Supremo, el ente público anunció que una vez recibida la sentencia, procederá "a dar cumplimiento de la misma, optando por indemnizar a las personas afectadas". Se calcula que la compañía tendrá que aumentar en unos 22 millones de euros la partida dedicada a indemnizaciones.
El portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, ha expuesto que la sentencia garantiza la viabilidad de RTV-Madrid  y ha hecho hincapié en que de haberse aceptado las condiciones iniciales planteadas por Telemadrid se hubieran producido un menor número de despidos.
La declaración de improcedente era el escenario previsto tanto desde la Comunidad de Madrid como desde los sindicatos.
 Esto obligará al Ejecutivo de Ignacio González a pagar a los trabajadores hasta 45 días de indemnización por año trabajado, frente a los 20 días que se abonaron con un máximo de 12 mensualidade
s. El Gobierno regional ya ha dejado claro que aumentaría las indemnizaciones, que supondrían unos 22 millones de euros (ya se han destinado 26 millones al ERE).
 Esa era la solución más grata para el PP madrileño, que tras un año de protestas dará por zanjado el principal conflicto social que mantiene abierto.
 De haber sido declarado nulo, la Comunidad cerraría la cadena, al no estar dispuesta a readmitir a los despedidos
. Un escenario que hubiera dejado a González en una situación de lo más incómoda pero que esperaba regatear: en su opinión, la situación de Telemadrid no tenía nada que ver con la de Canal 9, fundida a negro a finales del pasado noviembre.
Para los sindicatos, la sentencia ha sido decepcionante porque aspiraban a que el ERE fuera declarado nulo. "Asumimos la sentencia, como no puede ser de otra manera, pero nos ha dejado bastante disgustados, porque creemos que el Supremo no ha hecho justicia", ha dicho la presidenta del comité de empresa, Teresa García, tras conocer el fallo.
Los trabajadores despedidos de Telemadrid han iniciado a las nueve de la mañana una marcha desde la sede de la radiotelevisión madrileña en la Ciudad de la Imagen.
 La protesta ha sido organizada por los Comités de Empresa del Ente Público Radio Televisión Madrid y las secciones sindicales de UGT, Comisiones Obreras y CGT. Los afectados por el ERE han entrado en Madrid capital por el Paseo de Extremadura.
 El recorrido ha seguido por la Plaza de Jacinto Benavente y la Puerta del Sol, donde se encuentra la sede del Gobierno regional. Sobre las doce y media de la mañana han efectuado su entrada a la sede del Tribunal Supremo, en la Plaza Villa de París, al grito de "Sí se puede" y "Queremos salir en Telemadrid".
 Allí se han concentrado mientras los magistrados deciden su futuro.
El permiso a la concentración ante el Tribunal Supremo de la Delegación del Gobierno, que dirige Cristina Cifuentes (PP), ha recibido encendidas críticas del Ejecutivo de Ignacio González, también del PP. “¿No afecta a la independencia judicial que se autorice una manifestación en las puertas del Tribunal Supremo durante sus deliberaciones”, ha publicado el portavoz y número dos de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, en su cuenta de Twitter a las nueve y media de la mañana.
“Los dirigentes del PP actúan a golpe de chantaje con Telemadrid”, le ha replicado Libertad Martínez, diputada regional de Izquierda Unida. La parlamentaria ha tachado a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, de “un cinismo sin límites” por acusar a los afectados por el ERE de la cadena de intentar influir en las deliberaciones del Tribunal Supremo, advirtiendo además que si el expediente de regulación de empleo es declarado nulo la cadena echará el cierre. “El empleo de 829 personas y la existencia de una poderosa herramienta pública de comunicación en nuestra región es lo que está en juego”, ha zanjado.
“No se puede condenar a casi 1.000 familias por una mala gestión hecha por el PP en Telemadrid, esperamos que el Supremo sea justo”, afirma el portavoz adjunto del PSOE en Madrid, José Quintana.
 Los socialistas denuncian el elevado número de despedidos mientras el Ente público mantiene a una decena de directivos que cobran más de 100.000 euros. “Por el contrario, han echado a los trabajadores para intentar traspasar lo que ellos hacían a servicios y contratas externas algunas cercanas a PP”, apunta el diputado autonómico Miguel Aguado.
 El pasado enero, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, firmó con representantes de los despedidos un decálogo de compromisos “para reconstruir la calidad democrática en la región”, con el compromiso de “recuperar” Telemadrid como un servicio público “objetivo”y “sin intervención de ningún gobierno de turno”.
El portavoz de UPyD, Luis de Velasco, manifesta que "dejan la decisión en manos de la Justicia".
"La causa económica no justificaría, en ningún supuesto, la desproporcionalidad en el número de despidos, como así lo dictaminó en su momento el TSJM", observan desde Comisiones Obreras. "Hay razones sobradas y fundadas para declarar nulo el ERE", añaden en UGT.

Los más excéntricos, los más geniales

Existe una estrecha relación entre rareza y creatividad. Casi tan estrecha como la que parece haber entre ingenio y locura.

 

Cuando a una estudiante inglesa de español le mostraron una foto de Dalí y le pidieron que lo definiera en una palabra, respondió: “Excéntrico”. La profesora, indignada, le afeó el calificativo: “Pero si era un gran artista”. El piropo de una nación es el insulto de otra / Corbis

"La cantidad de excentricidad en una sociedad ha sido generalmente proporcional a la cantidad de genio, vigor mental y valentía moral que contenía
. Que tan pocos se atrevan a ser excéntricos marca el principal peligro de la época”.
 Esto escribió John Stuart Mill en 1859, tres años después de la muerte del célebre naturalista y geólogo británico William Buckland, quien dedicó gran parte de su vida al noble arte de tratar de comerse, al menos una vez, todas las especies del reino animal.
 A su experiencia debemos que ni la más alta cocina haya intentado jamás experimentar con topos o moscas azules.
“Tienen un sabor abominable”, concluyó.
Veinte años antes, Londres vivía escandalizado con las andanzas del terrateniente John Mytton, célebre por llegar a las cenas a lomos de su oso, o por una noche intentar detener un ataque de hipo prendiendo fuego a su camisa. Oscar Wilde sacaba a su langosta de paseo, Graham Bell enseñó a su perro a andar sobre dos patas y Newton se clavó una aguja en el párpado con el fin de demostrar que la percepción del color viene determinada por la presión.
Ya en el siglo XX fuimos testigos de las andanzas de un tal Albert Einstein, quien solo rellenaba su pipa con tabaco sacado de colillas que recogía por el suelo. O de Salvador Dalí, capaz de plantarse para dar una conferencia en Londres vestido con una escafandra y acompañado por un par de lobos esteparios.
Pero, poco a poco, la llama de la excentricidad como fuerza motriz de la creatividad de una época se fue apagando y, si acaso, volviendo a sus orígenes aristocráticos.
Excentricidad y David Bowie son todo uno. Aquí, con unas tijeras cuyo propósito quizá sea mejor no conocer / Getty
El mundo de las artes se volvió demasiado un negocio como para dejarlo en manos de una panda de chiflados, y el de la ciencia manejaba maquinaria demasiado cara como para permitirse que algún iluminado se pusiera a trastear con el acelerador de partículas
. En cambio, el de la política se llenó de bufones amateurs como Boris Johnson, cómicos venidos a más, como Beppe Grillo, y cómicos venidos a menos, como Russell Brand. Cuestión del rango prioridades de cada época.
 Así, cuando hoy pensamos en un excéntrico, casi siempre terminamos barruntando algo sobre los fulares de Marichalar o sobre algún empresario chalado, como Dean Kamen, el inventor del Segway, un tipo que ha creado un reino independiente en una isla de Connecticut, donde ha acuñado su propia moneda (el cambio se calcula en unidades Pi). El formulario de visado para entrar incluye una casilla en la que dejar las huellas digitales y otra en la que debes dejar las anales y existe un Ministro de helados y otro de nepotismo.
“Supongo que esto sucede porque el dinero, la clase y los privilegios te dan total libertad para ser tú mismo. Y eso, bueno, puede ser un arma de doble filo”, apunta Lady Alice Douglas, descendiente de la Marquesa de Queensberry, acaso uno de los más conflictivos y excéntricos linajes de la aristocracia británica.
 Alice fue expulsada de 13 escuelas distintas antes de cumplir los 16.

Esos locos geniales

Existen ciertos mitos alrededor de la excentricidad que tienden a asociarla con aspectos que poco o nada tienen que ver con su verdadera naturaleza.
 Uno de ellos es la rebeldía. Como recuerdan desde The Eccentric Club, una institución británica que celebra esta actitud ante la vida desde 1781, el verdadero excéntrico “no desafía la sociedad y sus normas.
 Paga el impuesto que esta le demanda y encuentra refugio y consuelo en hacer lo que las leyes le permiten, pero a su manera y siguiendo unos rituales confeccionados por sí mismo”.
Otro mito alrededor de la excentricidad que ha sido tratado con dispares resultados es el del precario equilibrio mental de quienes podrían ser considerados como tales.
Más allá de que al escritor Quentin Crisp una vez le diera por calificar el SIDA como “una moda pasajera”, lo cierto es que el mundo tiende a dividirse entre quienes observan la excentricidad como el refugio de quien se halla profundamente insatisfecho con la sociedad y consigo mismo y quienes la admiran como la actitud del que le importa todo un pimiento y es capaz de hallar la plenitud en las más insospechadas actividades.
 No hay nada más satisfactorio que inventar una pistola de helio para abatir abejas y que el chisme no funcione.
Hay que tener 'hobbies'. Oscar Willde, por ejemplo, era aficionado a la escritura y a los paseos con su langosta
En 1995, con el fin de discernir hacia cuál de los dos extremos los excéntricos se decantan, el psiquiatra escocés Davie Weeks publicó un libro que era el resultado de una década estudiando gente peculiar, en su mayor parte anónima, porque, como insisten en el Eccentric Club, “el verdadero excéntrico jamás necesita audiencia y mucho menos que lo que cree tenga un valor práctico
. La asociación entre creatividad y practicidad no tiene nada que ver con nosotros”.
 Bien, pues tras estudiar a más de mil raros, entre ellos unos tipos que hipnotizaban sapos en Californa y un indio que solo andaba hacia atrás, Weeks concluyó que sus objetos de estudio visitaban el médico 20 veces menos que el común de los mortales y que, de todos los casos estudiados, solo 30 de ellos habían tenido en alguna ocasión problemas con las drogas o el alcohol.
Uno de los motivos por los que los excéntricos con tendencia a la creatividad, sea esta útil o meramente recreacional, no necesitan intoxicarse para llegar a otros mundos podría hallarse en cierta predisposición genética.
 Un estudio reciente de la doctora Shelley Carson, publicado a finales de 2013 en la revista Scientific American y titulado La mente desatada: Por qué la gente creativa es excéntrica, sostiene que, “los individuos que son creativos tienen pensamientos extraños, se comportan de forma peculiar.
 Tanto la creatividad como la excentricidad pueden ser el resultado de ciertas variaciones genéticas que incrementan la desinhibición cognitiva
. El cerebro es capaz de filtrar cierta información que para el resto sería extraña.
Para el que es creativo no hay nada raro en ella, no se siente sobrepasado por lo peculiar, lo que le lleva a experimentar visiones y sensaciones mucho más profundas”.

Y mientras, en España

Existe, pues, algo social y de coyuntura económica, y algo genético que define el perfil de la excentricidad según la época y el territorio
. En España, por ejemplo, como recuerda Carlos Primo, coautor de Prodigiosos mirmidones, un estudio sobre el dandismo, y profesor de Historia del arte e Historia de la Moda en la sede madrileña del IED, “la excentricidad ha sido históricamente popular o aristocrática, porque se ha opuesto siempre a la corrección burguesa. España es un país barroco, lleno de contrastes, y nuestros excéntricos ha reflejado esa idiosincrasia. Encontramos hombres procedentes de las clases humildes que se comportan como marqueses, y marqueses que frecuentan los bajos fondos. En ambos casos, es una provocación de clase”.
 Con la cultura de la Transición, su alergia al conflicto y su vocación casi enfermiza por la norma, se empezó a matar al excéntrico español.
 Quedaban Miguel Bosé, Terenci Moix, Paco Umbral o Jaime Gil de Biedma.
Quedó un rato de movida, hasta que llegaron los noventa y el país entero se recalificó como aquella tierra en la que para triunfar volvía a ser menester no molestar a nadie.
 Y así, hoy volvemos a mantener esa extraña relación con la excentricidad en la que no sabemos si seguir riéndonos del raro o molestarnos porque el raro se ríe de nosotros. Primo lo ve hasta casi normal:
“Al excéntrico habitualmente se le trata mal o se le ridiculiza, especialmente en un país como el nuestro, donde lo mayoritario ha sido la corrección y la discreción; el ‘no te signifiques’ del franquismo, que trascendió el terreno político y se instaló en la vida privada y pública del país.
 En un territorio cuyos ídolos son futbolistas y empresarios de la construcción es normal que al excéntrico se le mire con recelo”.

¿Por qué la novela es el género preferido de los lectores? .........................del Blog Papeles Perdidos.....

Por: Winston Manrique Sabogal24/03/2014
Lalectora-federico-faruffini-la-lectora-1864
La lectora, de Federico Faruffini.
ESPECIAL: Geografías de la novela en español
La novela en español del siglo XXI
409 años después de que Miguel de Cervantes publicara El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha e inaugurara así una nueva era de la literatura y la novela, este género no ha parado  de conquistar lectores.
 El siglo XIX fue esencial para su desarrollo y popularización, además de sentar las bases de ese artefacto literario que se reinventa de manera constante.
 Mientras el siglo XX cimenta y diversifica su popularización entre escritores y lectores y la reafirma como género clave para el negocio editorial.
 Un siglo que demostró que la novela tiene un ADN que la lleva a metamorfosearse mientras mchos no han parado de augurar su fin en diferentes momentos.
Así es que hoy, cuando empieza en Lima la I Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, con la presencia de una treintena de escritores de América Latina y España, en unas 15 mesas redondas y coloquios, me gustaría que entre todos indaguemos en por qué cree que a la gente le sigue seduciendo el género de la novela.
Es un misterio, lo sé.
 Y puede haber tantas teorías como lectores de novelas existen, pero es una manera interesante de escuchar opiniones de todas partes.
 Los tres primeros lectores que abren este coloquio virtual son los tres escritores que optan al premio de la I Bienal: Juan Bonilla por Prohibido entrar sin pantalones (Seix Barral), Rafael Chirbes por En la orilla (Anagrama) y Juan Gabriel Vásquez por Las reputaciones (Alfaguara). La cita literaria es organizada por la Cátedra Vargas Llosa, Acción Cultural Española (AC/E), la Universidad de Ingeniería & Tecnológica de Perú y el Grupo Hochschild.
Bonilla: "Para mí todos los componentes de esa pregunta son misteriosos: la gente, la seducción y el género.
 Llevo dos días tratando de ser capaz de responder a tu pregunta, pero no encuentro ninguna respuesta medianamente satisfactoria".

Chirbes: "Creo que hay muchas razones, que van desde la de vivir otras vidas  posibles, que dice Vargas Llosa, hasta la de intentar entender qué  es lo que nos ocurre; la novela es como esos mecanos en los que lo pequeño nos permite entender lo grande".
Vásquez: "¿Es eso cierto? Me lo pregunto
. Creo que lo que yo entiendo por novela, este aparato complejísimo que explora nuestra conciencia, nuestra moralidad y nuestro lugar en el mundo, está cada vez más retirado del favor de la mayoría. Ahora, si por novela entendemos autoayuda disfrazada, reproducción dramatizada de la historia conocida, melodrama para tranquilizar inseguridades o etapa intermedia entre la nada y la película, entonces sí: sigue seduciendo.
 ¿Y tú que opinas? ¿Por qué a la gente le sigue seduciendo el género de la novela y es su preferido?