Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 abr 2016

Saber mirar

Una mirada nos puede decir tantas cosas que no hay que hablar para entenderla

Emma y Adriana................................................... Luis Alegre

Esas ganas horribles de que le vaya mal a la gente a la que todo parece irle bien, forman parte de la condición humana.

 

Emma Suárez (izquierda) y Adriana Ugarte, en la presentación de 'Julieta' en Barcelona. CORDON PRESS
Hace seis años, en los festivales de cine de Melilla y Jaén, pasé varios días con Emma Suárez y Adriana Ugarte.
 No se conocían pero el flechazo fue inmediato.
 En Jaén, una mañana de domingo, Adriana se sintió muy débil. Avisamos a una ambulancia y Emma nos acompañó.
 Pasamos 10 horas en la clínica.
Los primeros análisis salían confusos y los médicos querían asegurarse
. Emma retrasó su viaje de vuelta y se mostró deliciosa con su amiga recién hecha: la mimó, habló con su madre para tranquilizarla y espantó a los curiosos que se acercaban a retratarse con La señora, el personaje que había popularizado a Adriana.
 Al final de la tarde, nos comunicaron que sólo se trataba de una gastroenteritis. Salimos de allí con un gran alivio y con la sensación de que los hospitales unen para siempre. Al despedirnos, Emma, tocada, me dijo:
“Adri me tiene para lo que quiera”.
mma y Adriana apenas volvieron a coincidir hasta que Almodóvar las eligió para interpretar, qué cosas, a la misma mujer.
 Pero aquel cariño de sala de espera no se había roto.
El otro día, trascendió un roce entre ellas en plena promoción de Julieta. Muchos se frotaron las manos y explotaron el incidente con el ruido previsible; una pelea de las dos estrellas del momento, qué más se puede pedir.
 Ambas han subrayado su mutua adoración y que, a menudo, se discute con los que más quieres.
Pero la aclaración carecía de pegada comercial y la sombra del desencuentro se mantiene
. Esas ganas horribles de que le vaya mal a la gente a la que todo parece irle bien, forman parte de la condición humana. Pero qué lástima.

Ni caso al pato del anuncio: así se limpia un inodoro rápido y sin riesgo..................... Mayte Martínez Guerrero

Según los estudios en microbiología, tres minutos de faena garantizan un retrete seguro.


Cuando se trata de tareas de limpieza, una de las más ingratas suele ser la del inodoro. Casi nadie quiere hacer frente a esa parte del baño, y todo el mundo sueña con emprender su saneamiento lo más rápido posible.
Pues hagámoslo en un tiempo récord: se puede limpiar el inodoro en 3 minutos y dejarlo impecable. ¿Y cada cuánto tiempo?
"Depende del número de usuarios.
 También de si hay alguien enfermo o se ensucia más de la cuenta por alguna razón concreta.
Cada dos días sería bueno en una casa.
 Si es público, varias veces por jornada”, recomienda Maite Muniesa, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Biología de la Universitat de Barcelona.
 Similar es la opinión de Guillermo Díaz, director de Asuntos Técnicos y Reglamentarios de ADELMA (Asociación de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza):
“La frecuencia dependerá del uso y de las personas que lo compartan.
 En familias con niños pequeños (que aún no tienen una buena higiene de las manos) o personas mayores, esta limpieza y desinfección deberá ser más frecuente y concienzuda.
Una recomendación genérica sería la de dos veces por semana.
 Una de ellas con un limpiador antical y otra con un limpiador desinfectante, que asegurará limpieza, blanqueo y desinfección”.

Las bacterias no son tan fieras

"Hay que destacar que las bacterias que encontramos en un inodoro no han de ser necesariamente capaces de crearnos una infección”, dice Maite Muniesa, a pesar de que su número sea elevado. Hay bacterias que son patógenas, es decir, que causan enfermedades.
 Pero la mayoría de ellas no lo son.
 Como curiosidad, el Departamento de Salud Pública de la Universidad de Arizona señaló que se transfieren muchos más gérmenes si tiramos de la cadena del inodoro con la tapa levantada a que si nos sentamos.
“La mayoría de las bacterias que encontramos en el baño son de tipo dérmico, y no conllevan ningún riesgo para el ser humano.
Pero no existe el 'riesgo cero': hay bacterias patógenas que si pasan al tracto alimenticio podrían darnos algún susto (enterobacterias, e-coli, micrococos y corynebacterias; estreptococos; y en menor medida, psedumonas).
 Entre las patologías más frecuentes, podríamos mencionar las infecciones urinarias, respiratorias o gastrointestinales.
 Lo más adecuado es lavarnos correctamente las manos después de utilizar el inodoro, de ese modo nos aseguramos de que si hay alguna bacteria en nuestras manos, estas no lleguen a la boca”, dice Guillermo Díaz.

 

Otro 14 de abril.......................................................... Jorge M. Reverte

Hoy yo brindaré por la República, pero no me lamentaré nada por la situación que vivimos.


14 de abril Bandera republicana en una manifestación en Castellón para celebrar el Día de la República.
A mí, como supongo que les ha pasado a muchos más españoles, me han regalado estos días una rudimentaria caja de música provista de una manivela bajo cuya acción suena el himno de Riego. La cajita está decorada con una bandera republicana y un eslogan: “A por la tercera”.
Yo aprecio el regalo, porque sigo sin poder resistirme a los encantos de la nostalgia de un acontecimiento no vivido, es decir, del que no se han sufrido los hechos negativos, aunque sí han llegado los ecos positivos, como la alegría callejera y el jolgorio popular.
Decir República para los que vivimos una parte importante de nuestra vida bajo la dictadura del que León Felipe bautizó como
“Sapo Iscariote”, significa decir Libertad, Progreso, Igualdad, Cultura… Muchas cosas.
Hace unos meses vivimos una situación en la que bordeamos como país el ridículo.
 Se nos pedía por la calle que lucháramos por la República, para acabar con este régimen bochornoso que es la Monarquía.
Por suerte la cosa no llegó a mayores, y los españoles no nos peleamos entre nosotros por la cuestión. Resultó, además, que teníamos los mejores Borbones desde Carlos III, y fue fácil escapar de la tentación de asistir a un cambio de régimen, que no sé por qué abundaba tanto en un país que había visto caer la ominosa dictadura.
 Como si no fuera bastante para una vida ver algo así.
Hoy yo brindaré por la República, por los que la celebraban en la Puerta del Sol de Madrid y por los que se asomaron al balcón de la Casa de Postas, sobre todo por Manuel Azaña.
Pero no me lamentaré nada por la situación que vivimos.
Tenemos un Gobierno sin sensibilidad social, que odia la cultura, pero podremos cambiarlo si los españoles así lo deciden con su voto.
Así que, con permiso del respetable, hoy escucharé el himno de Riego en esa maquinita tan primitiva, y me iré a dormir con un par de copitas en el coleto, tan confortable bajo el reinado de Felipe VI, y con Rajoy nada más que en funciones, aunque en todas ellas.